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. El Acuerdo de Voluntades con el Estado de Chile
A
mediados de 1885, don Benjamín Vicuña Mackena escribe un
artículo titulado: “El reparto del Pacífico” que tiene
gran distribución en los medios de Chile, mencionando que varias
potencias europeas y americanas han anexado o apropiado de diversas islas y
archipiélagos del Pacífico Sur y se pregunta por qué Chile
no ha tomado a ninguna, especialmente Pascua, que es la más cercana al
territorio. A comienzos del año siguiente, seguro como una respuesta,
Francia agrega a Pascua dentro de su Atlas colonial. Aparecen así, varios
artículos referidos al tema y tienen amplia difusión.
En
septiembre de 1887, el Obispo de Tahiti, Monseñor José
María Verdier informa al Arzobispo de Santiago que está dispuesto
a cederle, con la venia de la Santa Sede, la jurisdicción
eclesiástica de Pascua desde el Vicariato de Tahiti que sería de
inmediato incorporado a la del Arzobispado de Santiago de Chile. Las posesiones
de la misión eran 635 hectáreas en Hanga Roa y otras parcelas en
Vaihu principalmente a cambio de 8.000 francos. Se proyectó entonces un
viaje de Monseñor Verdier a la Isla para explicar a los habitantes lo que
sería la cesión de soberanía a Chile.
Así,
a mediados de 1887 se resuelve la decisión de anexar la Isla al
territorio de Chile y se comisiona al Capitán Policarpo Toro Hurtado a
negociar y celebrar con la sucesión John Brander una promesa de venta a
favor del Estado de Chile de las propiedades en ella que constaban en
inventario. Toro también viajó a Tahiti en donde suscribió
una promesa de venta con el Sr. Tati Salmon por las propiedades familiares en
Pascua y finalizados los trámites, llevando también los derechos
eclesiásticos volvió a Valparaíso para fines de ese
año.
El 9
de septiembre de 1888 se celebra el Acuerdo de Voluntades, en que los Jefes de
la Isla ceden la soberanía del territorio al Estado de Chile,
representado por el Capitán Policarpo Toro, oficiando de testigos los
señores Salmón, Brander y dos de sus empleados.
Por
el Decreto Consistorial “Cum in Oceanía Orientali” el Papa
León XIII, dado en Roma el 8 de febrero de 1889, ordenó que la
Isla de Pascua se incardinara a la arquidiócesis de Santiago de Chile,
cuyo titular era el Arzobispo Monseñor Mariano Casanova, cuyo sucesor
delegó años mas tarde en Monseñor Rafael Edwards, Vicario
General Castrense, previa autorización de la Santa Cede.
Entretanto
Pedro Pablo Toro Hurtado, hermano de Policarpo, que ya llevaba en la Isla desde
al 21 de julio de 1888 al frente de 12 subalternos llegados con él,
actuaba como agente colonizador continuando con su labor hasta que el 23 de
junio de 1892 el navío “Clorinda” por él adquirido
para la explotación de la Isla, naufragó. El 23 de septiembre
viajó al continente a bordo de la corbeta “Abato”, dejando
interinamente como encargado insular a don Carlos Higgins, piloto del
navío naufragado. En aquel momento los habitantes de la Isla sumaban 201,
de los cuales 112 eran hombres.
En la
memoria de su gestión, Toro destaca la realización de obras de
mejoramiento de la crianza del ganado, perfeccionó el abastecimiento de
agua dulce y acrecentó la plantación de variedades forestales que
había llevado especialmente. También propuso encuadrar la
Isla.