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4. Esclavistas


Unos 140 años después del descubrimiento de Roggeween, la Isla de Pascua, como muchas otras del Pacífico Sur, fue víctima del esclavismo peruano.

El primer barco esclavista con relación a la Polinesia zarpó del Callao el 15 de junio de 1862 y se llamaba “Adelante”. Pero, el primero en lo concerniente a Pascua fue el peruano “Serpiente Marina”, capitaneado por Francisco Martínez, el que partió del mismo puerto en Septiembre de 1862. Al llegar a la Isla, raptó a dos personas que fueron liberadas después en Tahiti. Lo secundó la barca chilena “Elisa Mason” al mando del capitán Sasuategui el que zarpó también del Callao el 3 de octubre y, al día siguiente lo hizo el bergantín chileno “Bella Margarita” al mando del capitán Hinrichsen, de origen danés. El 25 de este mismo mes la barca peruana “Teresa” abandonó el Callao con rumbo a la Polinesia, capitaneada por Manuel Núñez.

Entre tanto, la República de Chile condenó el tráfico de esclavos tajantemente, prohibiendo el uso del pabellón patrio a los buques dedicados a tal fin; y así, mediante una circular firmada por el Ministro Tocornal, se comunicó esta decisión, con versión en inglés, en Australia y otras islas del Pacífico Sur, ordenando el apresamiento de tales buques. Por otra parte, el Cónsul de Chile en El Callao, don Tiburcio Cantuarias, había recibido la orden de su gobierno de que previniera a armadores y capitanes que el mero hecho de pisar tierra chilena o nave bajo su bandera, suponía, si se hubiera perdido, la recuperación automática de la libertad.

El 23 de Noviembre, el “Bella Margarita” regresó al Callao con 154 pascuenses a bordo: 142 hombres y 12 mujeres. El Cónsul de Chile en esta ciudad afirmó que los empresarios de este bergantín pagaron 25 pesos por cada isleño vendiéndolos luego a 300 pesos para ser obligados a ocho años de trabajos sin entender la lengua en que estaban escritos los contratos, “firmándolos” con una cruz.

El 27 de Noviembre zarpó la barca peruana “General Prim” al mando de Orlano, y dos días más tarde lo hizo la goleta peruana “Cora”, capitaneada por Antonio de Aguirre, ambas en dirección a Pascua.

Entre el 5 y el 9 de Septiembre salieron del Callao los navíos siguientes: la barca “Carolina”, al mando del Capitán Morales; el bergantín “Guillermo”, capitaneado por Campbell; la goleta “Hermosa Dolores”, a las órdenes del capitán Garay; la goleta “José Castro”, a cargo del capitán Acevedo; la barca española “Rosa y Carmen”, comandada por el capitán Juan Maristany y Galcerán; el bergantín “Micaela Miranda”, capitaneado por Cárcamo; y, por último la barca “Rosalía”, al mando del capitán Bollo.

Entre tanto, la barca chilena “Elisa Mason” se dirigió a Rapa Nui, donde permaneció 15 días “reclutando” a 238 pascuenses que, según su capitán, subieron a bordo de forma voluntaria; con todo hubo que zarpar súbitamente ante la advertencia hecha a punta de cañón por las goletas peruanas “Hermosa Dolores” y “José Castro”; y la barca española “Rosa y Carmen”, que eran con la barca peruana “Rosa Patricia”, los cuatro primeros navíos integrantes de la flotilla que se preparaba para la mayor incursión contra la Isla, completándose hasta un total de ocho buques con el arribo posterior de otros cuatro navíos peruanos: la goleta “Cora”, la barca “Carolina” y los bergantines “Guillermo” y “Micaela Miranda”. Para aquel entonces ya habían zarpado el chileno “Bella Margarita” y el peruano “General Prim”.

La flotilla se hallaba al mando del capitán Juan Maristany y Galcerán, cuyo navío “Rosa y Carmen” el de mayor tonelaje, se convirtió en la nave capitana. Así el 22 de diciembre de 1862 los ocho navíos actuaron en coordinación y una vez capturados fueron introducidos en la barca “Rosa y Carmen”, haciéndose luego un repartimiento proporcional entre los participantes de cada buque respectivo.
Se reunieron un número de aproximadamente quinientos nativos de los cuales se tomaron a 349 y fueron introducidos en la barca “Rosa y Carmen” en calidad de esclavos. Posteriormente fueron trasladados muchos de ellos a la goleta “Hermosa Dolores” y a la barca “Carolina” rumbo a la base portuaria del Callao para “aliviar” a los otros navíos.

Así pues, el navío “Cora” sólo retuvo a bordo al niño Manu Rangi, heredero real, de los 23 cautivos que se le adjudicaron; el “Guillermo”, 2 de los 77, un niño de 6 años y un anciano, arrojado por la borda por considerarlo inútil para la venta; el “Micaela Miranda”, 1 de los 29; el “Rosa y Carmen”, 63 de los 128; el “Rosa Patricia”, ninguno de los 45; y el “José Castro” llevaba a bordo 21 pascuenses cuando arribó al puerto de origen.

El niño Manu Rangi fue liberado en Rapa Iti por el nativo Mairoto de esta isla, que con otros, apresó a la goleta “Cora”, que fue llevada a Tahiti. El capitán de la goleta, Mairoto y otros testigos fueron interrogados por el Procurador Imperial León Lavagerie. Manu Rangi resultó ser el sucesor del difunto rey Ngaara, perteneciente a la tribu Miru o toko te rangi. Llegado de Tahiti en el periodo de la evangelización, fue reconocido como soberano de la Isla. Desgraciadamente murió a los 11 años de edad a causa de una epidemia en el lugar llamado Hanga Pou Kura.

El navío “General Prim” ancló en la bahía de Callao el 6 de enero de 1863 con 117 pascuenses. 140 hombres, 86 mujeres y 12 muchachos. El 24 lo hizo la barca “Carolina” con 90 hombres, 32 mujeres y 2 muchachos. El 26 del mismo mes llegó la goleta “Hermosa Dolores” con 161 pascuenses a bordo: 138 hombres, 22 mujeres y un niño de pecho. En el siguiente mes de febrero, el día 3 arribó al Callao la barca “Rosalía” desde Rapa Nui, llevando 196 isleños: 149 hombres, 37 mujeres y 10 muchachos. El 21 lo hizo la barca “Teresa” con 163 hombres, 23 mujeres y 17 niños.

El 12 de marzo el bergantín peruano “Misti” al mando del capitán José Antonio Basagoitía ancló en aguas pascuenses pero se retiró ante la hostilidad de los isleños. Sin embargo, no ocurrió lo mismo con la goleta peruana “José Castro”, cuyo capitán Acevedo, el 14 de este mismo mes disparó indiscriminadamente contra los nativos que se hallaban en la costa produciéndose una masacre, cuyos alaridos mezclados con los disparos fueron oídos por los tripulantes y pasajeros del “Misti” antes de su retirada,

El 1 de abril, la barca “Carolina” arribó al Callao con 73 pascuenses a bordo: 72 hombres y una mujer. El 20 lo hizo la ya mencionada goleta “José Castro”, llevando 21 pascuenses: 18 hombres y 2 mujeres. Sin embargo, el mes de abril se despidió con una noticia alentadora: el Ministro del Interior del Perú, don Manuel Freyre, firmó un decreto el día 28 de este mes que señalaba que ningún barco podía transportar pasajero alguno sin permiso oficial y no podría desembarcar sin comprobarse la expresa voluntad del contratado y sin que hubiera cometido ningún crimen en la travesía.

El 9 de junio arribó a Callao el bergantín “Bárbara Gómez” procedente de la Isla de Pascua, con 23 isleños: 9 hombres y 14 mujeres, el que fue incomunicado por orden del Gobierno del Perú.

El 10 de julio arribó la barca “Rosa y Carmen” con 128 polinesios a bordo, pero no se sabe cuantos de ellos eran pascuenses. No pudo desembarcar ninguno de ellos, pues el capitán Maristany era requerido para ser juzgado en el Perú por sus crímenes y tropelías, pero se acogió al costado de la Armada Española, fondeando a la sazón en aguas peruanas al mando del Almirante Pinzón, con lo cual Maristany escapó impune. Luego se transfirieron a la barca “Adelante” para ser repatriados, sin embargo, ya habían muerto la mayoría de ellos.

Por último, el 17 de julio llegó la goleta peruana “Urmeneta y Ramos” con 31 pascuenses a bordo, que no fueron autorizados a desembarcar, teniendo que seguir otro rumbo.

Cerrado definitivamente el tráfico de esclavos, el 18 de agosto de 1863 la ciudad portuaria del Callao despedía para su repatriación a 318 polinesios, siendo 100 de ellos rapanui, de los que 85 murieron en la accidentada travesía y sólo 15 lograron llegar a Rapa Nui en la barca peruana “Bárbara Gómez”, en el mes de septiembre. Entre ellos, Ure Kino A Maori Pakomio, del que se conserva una fotografía, tomada en 1886 por el contador William J. Thomson en la misma isla cuando recaló allí el buque “Mohican” de la Marina Norteamericana.

Estadísticamente se podría concluir que de unos 4.000 pascuenses antes del periodo esclavista, se “reclutaron” unos 1.400, lo que hace el 35% de la población a los que habríamos de añadir unos 200 muertos en orden decreciente, además de unos 1.000 fallecidos por otras enfermedades importadas por los 15 regresados del Perú, como fueron la disentería y el kokongo (catarro bronquial), etc., según estimaciones de T. Dunbabin.

Así pues, en 1864 la población insular se redujo, según fuentes misioneras, a unos 1.400 habitantes, lo que supone una baja en menos de un años del 65% de la población.

En enero de 1864 el Hermano Eugenio Eyraud llega con su misión evangelizadora a establecerse en Rapa Nui.