Ragkülche:
Los Caciques principales de los Ragkülche eran el Cacique Ramón,
cuyos toldos se instalaban en Carri – lo, y sus conas se estimaban en 50
hombres; Cacique Mariano, cuyos toldos se emplazaban en Bewfüko
(Leubucó), y sus conas se estimaban en 250 hombres; Cacique Baigorrita,
cuyos toldos se localizaban en la zona de Nawel Mapu (Nahuel Mapu) y Potaje,
siendo sus conas aproximadamente 300 hombres.
Es
la época de la decadencia del poder de los Ragkülche. Habían
suscrito la paz con los criollos y sus fuerzas militares estaban
considerablemente disminuidas producto del sometimiento militar de algunos
Ayjarewe y de la evangelización de otros. A modo de ejemplo, citamos el
caso de los caciquillos Linconao y Villarreal, pertenecientes a la
jurisdicción del Cacique Ramón, quienes sometidos al
ejército argentino se alojaban con sus rewes en la zona de la
guarnición de Sarmiento. Asimismo, existen antecedentes de que a 1874
varios rewes Ragkülche habian sido reducidos y estaban a cargo de
Misioneros. Tal es el caso, de la reducción de Villa Mercedes que se
componía de unas 140 personas y estaba cargo de fray D. Marcos Donatti.
La reducción de Sarmiento a cargo M. Alvarez. Registrándose
también reducciones Ragkülche en Villa Real y Licuen con 130 y 105
personas, respectivamente.
Voroganos:
Los Caciques principales eran: Hamuhkura (Namuncura), hijo del logko
Kajfükura, quién contaba con 6 caciquillos, 70 capitanejos, 2300
conas y una población de 7.500 personas. Sus toldos estaban a unas 16
leguas al oeste de Salinas Grandes, en los montes aledanos a la laguna de
Chiloé, que correspondía precisamente al lugar de residencia de
Hamuhkura; Juan José Catriel, hermano del logko Kajfükura, bajo sus
órdenes estaban 6 caciquillos, 60 capitanejos, 2200 conas y una
población de 6.000 personas. Sus tolderías se instalaban dispersas
en los valles de los ríos Negro y Colorado. Pincén, No hay
antecedentes sobre las huestes y población bajo su mando, pero si que
sus tolderías se encontraban en la zona de la laguna Toya, a 180
kilómetros al N.O. de Guaminí y que era conocido por su bravura y
fuerza combativa.
Pewenches:
Sus tolderías estaban instaladas al sur de río grande,
vivían en los valles en permanente contacto comercial con los
Fütalmapus de la vertiente occidental de la Cordillera de los Andes.
Wijiches
o Manzaneros.
Localizados entre el río Neuquen y Limay, al mando del Cacique
Sayhueque.
2.
Desplazamiento de fronteras
1810
– 1828:
Expedición de
Rodríguez en los años 1823 y 1824. La frontera se desplaza por el
Este. En efecto, la frontera Este deja de ser el río Salado en las
inmediaciones de Buenos Aires y se desplaza algunas leguas al oeste,
fundándose los fuertes Federación, 25 de Mayo en Cruz de Guerra y
otro en las proximidades del Salar ventana. Esta línea de frontera
facilita las comunicaciones y la consolidación de los fuertes de Carmen
de Patagones y San Javier, en el río Negro o Cabú Leuvu ( Anexo:
Mapa histórico “Avance de la Frontera en el Lapso 1810 –
1828)
1833
– 1834:
Movimiento de la Frontera por la Campaña de Rosas. Hasta 1833 la frontera
seguía siendo la que dejaron instalada las expediciones efectuada en el
primer gobierno patrio. Se desplazó la frontera de la provincia de
Buenos Aires. Sin embargo, no hay consenso entre los tratadistas hasta donde se
desplazó la frontera producto de esta incursión. Según
Walter, se extendió la frontera oeste y sudeste de la provincia, en 2.900
leguas cuadradas, la que se estableció por el oeste de Bahía
Blanca, Médano Redondo (río Colorado) y Carmen de Patagones
(río Negro) (Walter, 1970: 235). Para Florencio Varela, en cambio,
“... la línea de guardias que hoy [1845] forma la frontera
está reducida a lo que era al empezar el siglo: Fortín de Areco,
Guardia de Luján y el Monte; el primera... a menos de 35 leguas de Buenos
Aires, y el último no dista 30 ... ésa la seguridad que Rosas ha
procurado a las propiedades rurales y esa la extensión que ha dado a las
fronteras”. “Todo el resto de la provincia está en poder de
los indios.” (Roux, 1984:
114).
(Anexo: Mapa histórico “Mapa indicando las operaciones efectuadas
en 1833 y
1834)
1852
– 1876: La
frontera sur de la República se desplaza desde el río IV al
río V y desde allí se proyecta una nueva línea de fuertes
que baja por el río V hacia el Este hasta el arroyo Sauce Chico,
siguiendo la línea que correspondió en 1833 a las incursiones de
Pacheco e Ibáñez, que formaban parte de las huestes de Rosas, para
terminar en el fuerte Carmen de Patagones. Las fortificaciones que son producto
de este nuevo desplazamiento de frontera son: San Rafael y Nuevo (río
Diamante); El Salto, Varela, Charlone, Lince, Fraga, Viejo, Constitucional,
Prinales, 3 de Febrero, Sarmiento, Necochea, La Ramada, N° 2, N° 8,
República, Gainza, Diaz, Martín, La Varela, Nacional, Media Luna,
Central, Lavalle, Rivadavia, Belgrano, Triunfo, Vigilancia, Comisario, Canesa,
N° 7, Luna, Aliados, Rifles, N° 2, San Carlos, Alerta, San Luis
Reunión, Rodríguez, Alsina, Brandsen, Zelaya, Lavalle, Aldecoa,
Defensa, Necochea, Libertad, Maipú, San Martín, Fuerte Argentino,
Romero, Mercedes, Colorado, Invencible. (Anexo: Mapa histórico
“Movimiento de la Frontera Sud en el lapso 1852 -
1876)
1876:
Como producto de la
expedición de Alsina la frontera Este avanzó varias leguas, siendo
instalados en la nueva línea fronteriza los fortines Italo,
Trenquelauquen, Guamini, Carhue y Puan. Es importante resaltar que todos estos
fuertes tuvieron el rango de Comandancias o fuertes principales. ( Anexo: Mapa
histórico “Avance de la Frontera por el Dr. Alsina
(1876))
1879:
Desplazamiento de
Frontera por la expedición del General Roca a los ríos Negro y
Neuquen en el año 1879. El general Roca se interna en el Pwelmapu y
fortifica los río Negro y Neuquen instalando los fuertes Choele Choel,
Chimpay, Chelforó, Chichinal, Huaique Melo, Nido de Cóndor,
Chosmalal y Malbarco ( Anexo: Expedición del Gral Roca a los ríos
Negro y Neuquen en el año
1879)
1881
– 1884:
Desplazamiento de
Frontera por las expediciones al Lago Nahuel Wapi en 1881; Desplazamiento de
Frontera por las expediciones a los Andes en 1882 y 1883; Desplazamiento de
Frontera por las expediciones al interior de la Patagonia en 1883 y 1884. La
frontera se desplaza hasta el río Chubut, donde se instalan los
ríos Rawson, Gaiman, Rincón de Santa Cruz o Corral Charmota. (
Anexo: Mapa histórico “Expediciones al Lago Nahuel Wapi (1881); a
Los Andes (1882 – 1883) y al interior de la Patagonia (1883 – 1884)
)
3.
Primer gobierno republicano (1810 –
1833)
El
primer gobierno republicano se instauró en argentina en mayo de 1810. Se
adoptaron diversas medidas de carácter militar, político, social y
económico tendientes a consolidar la República. La política
gubernamental en los albores de la República Argentina se
caracterizó por promover una relación de entendimiento con los
indígenas a fin de evitar sus incursiones en los asentamientos criollos,
particularmente de aquellos localizados en las inmediaciones de la capital. Sin
embargo, en la práctica estas buenas intenciones no prosperaron y, en
particular, las medidas legislativas sólo tendrán
aplicación para los indígenas de las zonas interiores y no para
los indígenas del Pewlmapu, localizados en la Pampa y
Patagonia.
Entre
las medidas más relevantes adoptadas en la época
resaltan:
- Expedición
del Coronel García al sector de Salinas Grandes para abastecer de sal a
la ciudad de Buenos Aires, reconocer las fortificaciones y tomar contacto con
las autoridades mapuches asentadas en ese territorio. Esta expedición
permitió establecer acuerdos de paz con algunos Ayjarewe, que se
manifestó en la expedición del Cacique Quintelen y su sobrino
Eviguanau, hijo del Cacique Epumer a Buenos Aires en Octubre de 1811 con el fin
de reconocer el gobierno republicano y establecer condiciones de
paz.
- Dictación
de normativa de inspiración liberal que elimina las diferencias de
castas. En Junio de 1812 se eliminan las diferencias entre oficiales
españoles y oficiales indígenas y se dispone que los oficiales
indígenas que prestaban servicios en los cuerpos de castas conocidos como
“pardos” y “morenos”, integraran los regimientos de
infantería 2 y 3.
- Extinción
de los tributos que pagaban los indios a la corona de España y
reconocimiento de la igualdad jurídica. Por decreto del mes de septiembre
de 1811, se extinguió en todo el territorio de las Provincias Unidas del
Gobierno del Río de la Plata, el tributo que se pagaba a la corona de
España y se reconoció la plena igualdad de derecho entre indios y
demás ciudadanos de la República. Ratificada en los mismos
términos por la Asamblea Nacional el 12 de Marzo de 1813.
- Intervención
de los Indígenas en las tareas gubernativas. Por decreto de Enero de
1811, se dispuso darle a los indígenas intervención directa en las
tareas gubernativas. La legislación, cuya aplicación como
señalamos no alcanzó el Pwelmapu, disponía: “
Sin
perjuicio de los diputados que deben elegirse en todas las provincias y villas,
se elija en cada Intendencia exceptuando las de Córdoba y Salta, un
representante de los indios que siendo de su misma calidad y nombrado por ellos
mismos, concurra al Congreso con igual carácter y representación
que los demás diputados.”
4.
La guerra ofensiva: las campañas del desierto (1833 –
1885)
En
los albores de la República Argentina se registran dos campanhas
militares de relevancia que culminan al Desierto. Una de Rosas y otra de Rocas.
Estas expediciones militares tienen por objeto someter a las Ayjarewe mapuches
que acechaban las haciendas de San Luis, Mendoza y Buenos Aires y apropiarse de
su territorio. Lo que caracterizó la estrategia militar de las
denominadas campanas del desierto fue el exterminio de los mapuches y en general
de todos los pueblos indígenas localizados al sur del río
IV.
4.1.
Expedición de Rosas
En
1832, coincidiendo con el último año de su mandato, Rosas somete a
la aprobación del parlamento su proyecto de expedición al Pwel
Mapu. Se consigna dentro de los objetivos específicos de la
incursión programada por Rosas al territorio Mapuche extender la frontera
hasta el río Negro.
Juan
Carlos Walter, aludiendo al plan de Rosas, escribe: “El mismo
consistía en una amplia ofensiva a llevar en un frente de 400 leguas
desde la cordillera hasta el Atlántico. El primer objetivo sería
alcanzar el país de las
manzanas
(Neuquen) y allí esperar a que el ejército chileno arrojase a los
indios al este de la cordillera, para entonces batirlos y librar a ambos
países de su enemigo común” (Walter, 1970: 191)
Las
palabras pronunciadas por el autor antes citado no pueden ilustrar de mejor
manera el espíritu de la época y las intenciones de Rosas. La
estrategia permitiría avanzar en tres frentes: por el frente este, desde
la cordillera, atacarían las huestes chilenas al mando del General de
Fronteras Manuel Bulnes. Tropas de las provincias de Cuyo y del interior, al
mando del General Juan Facundo Quiroga, se desplazarían desde la Pampa
Central hacia el Sur, hasta alcanzar el río Colorado. En tanto que, el
General Rosas se desplazaría desde Buenos Aires para reunirse con las
demás huestes en el río Colorado, desde donde asolarían los
Ayjarewe mapuches que habitaban los valles de los ríos Colorado y
Negro.(Walther, 1970: 191 – 192)
Para
coordinar la acción del ejército chileno el Ministro de Relaciones
Exteriores de la República Argentina, Vicente Maza envió a su
homólogo chileno una nota, fechada el 6 de abril de 1833, que expresaba
lo siguiente:
“Sería
convientísimo al más favorable y breve éxito, que Chile
anticipase al mes de diciembre su cooperación lo más rápido
posible que el tiempo diese, internando su fuerza hasta los ríos Neuquen
y Negro, pues por este tiempo deben obrar por ellos las de esta
República.”
(Walter, 1970:
192)
Un
primer intento de llevar adelante el plan fracasa. Chile se encuentra impedido
de colaborar pues la guerra con los mapuches en la vertiente occidental de la
cordillera de la costa, territorio de los Fütalmapus mapuches wenteches,
naüqche, lafkenche y Pewenche, entre los ríos Bío Bío
y Toltén, no ha sido dominado por el ejército chileno. Facundo
Quiroga, no secunda la campana. Cooperan con Rosas José Félix
Aldao, al mando de las fuerzas militares provenientes de Mendoza, y José
Ruiz Huidobro, al mando de las filas de San Luis, estos últimos desisten
de sus intentos y fracasan en su intento de alcanzar el río
Colorado.(Roux, 1984: 112: Walter, 1970: 192 - 209)
El
plan se llevó a cabo con posterioridad a que Rosas abandonara el
gobierno. Lo acompañaron en su misión los Oficiales Ángel
Pacheco, Manuel Delgado, Martiniano Rodríguez, Juan Miranda, Pedro Ramos
y Leandro Ibáñez. (Roux, 1984: 112). Concurrieron como auxiliares
de la expedición los caciques amigos Catriel, Cachul, Llanquellen,
Fracaman, Reilet, Cayapan y otros con 600 lanzas (Walter, 1970: 215). Su
intención expulsión y destrucción de los ayllarewe de los
caciques Chocori y Quinigual, localizados entre el río Colorado y Choele
– Choel (Walter, 1970: 193).
La
Misión de Rosas fue autorizada por Decreto del 28 de enero de 1833. El
avance de Rosas hacia el Pwel Mapu se inició el 22 de marzo de 1833.
(Walter, 1970: 214)
Los
resultados de la expedición fueron los siguientes:
Se
establecieron acuerdos con los ayllarewe Voroganos, en particular con los
caciques Rondeau y Canuiquir, haciéndolos romper sus alianzas con los
hermanos
Pincheira
que asolaban la zona de Cuyo.
A
su paso Rosas y sus hombres sembraron el terror y la destrucción. Toda la
fuerza de esta expedición militar cayó sobre los caciques
Chocorí, Cayupan, Yanquemán y Paynen, cuyos Ayjarewe fueron
terriblemente diezmados. Los Ragkülche fueron dispersados y sus principales
Caciques liderados por Yanquetruz lograron escapar del enemigo y refugiarse en
el territorio Mapuche de los Fütalmapus Naüqche, Wenteche y Pewenche,
por donde transitó.
En
estas condiciones de amedrentamiento, se pactó la paz en el Pwel Mapu.
Concurrieron al tratado de paz, los indios Vorogas, Pampas y
Tewelche.
En
virtud de dicho tratado los indios se comprometían a mantenerse dentro de
sus propios territorios sin cruzar nunca la frontera, ni entrar sin permiso en
la provincia de Buenos Aires. Obligabánse a prestar contingentes
militares cuando se les pidieran y a mostrarse pacíficos y fieles. (Roux,
1984: 113)
Se
desplazó la frontera de la provincia de Buenos Aires. Sin embargo, no hay
consenso entre lo tratadista hasta donde se desplazó la frontera producto
de esta incursión. Según Walter, se extendió la frontera
oeste y sudeste de la provincia, en 2.900 leguas cuadradas, la que se
estableció por el oeste de Bahía Blanca, Médano Redondo y
Carmen de Patagones (Walter, 1970: 235). Para Florencio Varela, en cambio,
“... la línea de guardias que hoy [1845] forma la frontera
está reducida a lo que era al empezar el siglo: Fortín de Areco,
Guardia de Luján y el Monte; el primera ... a menos de 35 leguas de
Buenos Aires, y el último no dista 30 ... ésa la seguridad que
Rosas ha procurado a las propiedades rurales y esa la extensión que ha
dado a las fronteras”. “Todo el resto de la provincia está en
poder de los indios.” (Roux, 1984:
114)
Tras
la expedición de Rosas se convino un período de paz que
duró hasta 1852. La paz impuesta por Rosas tuvo permanentes sobresaltos.
Ya en abril de 1834 el gobierno de Chile comunicaba a su par en Buenos Aires que
unos dos mil indios del sur del Bío Bío habían resuelto
trasladarse en los meses de marzo y abril a las pampas de Buenos Aires, para
hacer sus acostumbradas correrías e informaba que el General Bulnes
“... pensaba hacer destinar al otro lado de la cordillera un destacamento
para que en unión de los Indios aliados los ataquen y destruyan a su
regreso.” (Walter, 1970:
259)
El
temor que despertó en las autoridades Bonaerenses el comunicado chileno
dio lugar a un período de múltiples tratado con la autoridades
tradicionales Voroganas, Pampas y Ragkülche, otorgando todo tipo de
dádivas a los caciques para mantener la feble paz. Esta situación
se mantuvo hasta 1852.
4.2.
Expedición de Roca
Tras
la caída de Rosas, 1852, la resistencia Mapuche en el Pwelmapu
continuaba. Mantenía condiciones de belicosidad los siguientes
Ayjarewe:
- Voroganos,
al mando de Calfucura, en el sector de Salinas Grandes;
- Ragkülche,
al mando de Calvain (sucesor de Peyne), localizados en la Pampa
Central;
- Los
Ayjarewe de los Caciques Baigorrita y Ramón al Sur de San Luis y
Córdoba.
Los
Ayjarewe al sur del río Neuquen mantenían la integridad de sus
territorios por lo que conservaban su neutralidad ante las autoridades
republicanas.
Se
sucedieron diversas incursiones al Pwelmapu pero ninguna logró someter
definitivamente a los Ayjarewe Mapuches, a pesar de que poco a poco fueron
debilitando la fuerza de la resistencia.
En
1875 el general Julio Roca manifiesta su pensamiento aludiendo precisamente a la
campaña de Rosas: “ A mi juicio, el mejor sistema para concluir con
los indios, ya sea extinguiéndolos o arrojándolos al otro lado del
río Negro, es el de la guerra ofensiva que fue seguida por Rosas que casi
concluyó con ellos...” (Walther, 1970: 239)
Crece
el interés por la tierra y se hace indispensable desarticular el
intercambio comercial que desde tiempos inmemoriales se viene dando entre el
Pwel Mapu y el Gulu Mapu. En 1876 el General Roca exponía en el diario La
República fundamentando su estrategia:
“
No
solamente ofrecerá esta operación grandes beneficios para el
país por los riquísimos campos regados por los numeroso
ríos y arroyos que se desprenden de la cordillera, y que se
ganaría paran para la provincia de Mendoza o para la Nación, sino
por las ventajas que reportaría para la seguridad de nuestras fronteras
actuales, el hecho de interceptar y cortar para siempre el comercio
ilícito, que desde tiempo inmemorial hacen, con las haciendas robadas por
los indios, las provincias del sur de Chile, Talca, Maule, Linares, Nuble,
Concepción, Arauco y Valdivia.
En
épocas normales, en que no se tienen en cuenta las grandes invasiones
como las realizadas últimamente, que aumentan considerablemente la
exportación de ganados a Chile, se calcula la cifra del ganado de
nuestras provincias en cuarenta mil cabezas al año, cuya mayor parte las
venden los Pewenches, que viven en perfecta paz y armonía con la
República chilena, recibiendo en cambio, en especies, un valor de dos o
tres pesos fuertes por cabezas.
Algunas
personas que han vivido en las fronteras chilenas me han asegurado que algunos
de los prohombres de aquel país que tienen o han tenido establecimientos
de campo en aquellas provincias, no han sido extraños a este comercio y
debe a él sus pingues fortunas o el considerable aumento de
ellas.
Abrigo
la convicción de que, suprimido este mercado que hace subir o bajar la
hacienda en Chile, en proporción a la importancia de los malones a Buenos
Aires y otras provincias argentinas, se quitaría a los indios el
más poderoso de los incentivos que les impulsaba a vivir constantemente
al acecho de nuestra riqueza, al mismo tiempo que se impediría a
Namuncura y a Catriel recibir de sus aliados de la cordillera refuerzos tan
considerables como el que les ha traído el cacique Renque, que ha venido
con dos mil de los suyos y ha tomado parte en las invasiones de los tres
arroyos, Juárez, siendo él, según noticias que he tenido,
por conducto de Mariano Rosas, el que prestó combate a Maldonado. Casi
todos los caciques de estas tribus acuden al llamado de las autoridades
chilenas, y el principal de ellos, Feliciano Purran, que tiene su residencia en
Campanario, doce leguas al Sur del Neuquen , que se titula gobernador y general
y, además, muy rico, recibe sueldo del gobierno chileno, para hacer
respetar los intereses y las vidas de sus ciudadanos. Otras veces arriendan sus
tierras, y los ganados chilenos suelen vivir largas temporadas entre ellas, sin
que sufran sus intereses. Se calcula que solo en esta parte se invernan en los
potreros naturales que forman la Cordillera, de 20 a 30.000 cabezas
anualmente...”
(Walter, 1970: 429)
El
plan de Roca era eliminar primero los Ayjarewe localizados entre los ríos
Negro y Neuquen y avanzar la frontera hasta dichos ríos dominando en
territorio. Para llevar adelante el plan de Roca el Ejecutivo, con fecha 14 de
agosto de 1878, elevó un mensaje al Congreso Nacional y un proyecto
estratégico que proponía el traslado de la frontera Sur de la
Republica hasta los ríos Negro y Neuquen en cumplimiento de la Ley 215 de
13 de agosto de 1867.
Mientras
se discutía este plan, Roca ordenó a los jefes de frontera tomar
la ofensiva contra los asentamientos indígenas cercanos a sus
fortificaciones. Se adentraron en el Pwelmapu Racedo, Levalle y Villegas,
quienes atacaron en repetidas oportunidades a los Ayjarewe Ragkülche,
Voroganos y otro con completo éxito. Más de 4.000 indígenas
cayeron prisioneros y se rindieron los caciques Pineda, Epumer y Catriel.
(Roux, 1984: 118)
Avanzado
el plan de Roca, éste firma un Tratado de Paz con los caciques Rosas y
Baigorría.
En
1879, el Gral Roca emprendió la conquista. En 1880 hasta 1886, Roca asume
la presidencia de la República. De 1879 a 1885 se produce una masiva
matanza en el Neuquen. Los principales caciques son sometidos, el ultimo cacique
en entregarse es Sayhueque quién dominaba los Andes y la Patagonia al Sur
del río Limay.
Currihuinca
– Roux, citando a Porcel de Peralta, escribe al respecto: En 1885 la
resistencia y la guerra ha concluido. “ Se ha librado ya la última
y desigual contienda. La definitiva sobre el vasto escenario de la pampa, en los
valles del Neuquen... sólo quedan los sometidos. Los capaces, los
rebeldes, los valientes han quedado tendidos en los campos. Testigos de su
coraje las osamentas insepultas.” (Roux, 1984: 198)
El
Inapiremapu o cordillera de Los Andes se constituyó en frontera de los
Estados Nacionales de Chile y Argentina lo que segregó el territorio
mapuche y rompió definitivamente la articulación entre el gulumapu
y el pwelmapu.
VII.
Conclusiones
El
Estado chileno en sus orígenes se enfrenta a la existencia de territorios
mapuche autonomos y sometidos.
El
territorio mapuche autónomo, en el sector del Gulumapu, esto es al
poniente de la Cordillera de los Andes, comprende 5,2 millones de
hectáreas y se extiende desde el río Bio Bio entre Santa
Bárbara y su desembocadura en el océano pacífco, y en la
cordillera de los andes desde el norte de Antuco hasta la zona de Mariquina y
Panguipulli. En este territorio independiente el Estado chileno no tiene
jurisdicción territorial y su autonomía es reconocida en el
Parlamento de Tapihue realizado en el año 1825, lo que otorga un estatus
que aunque parcialmente, será reconocido hasta mediados del siglo XIX por
medio de la ley de 1852 que crea la provincia de Arauco, y que señala
como “territorios de indígenas”, al comprendido entre el
río Bio Bio y el Tolten.
El
territorio sometido durante el periodo hispano, es heredado por la naciente
republica chilena y abarca la zona central o Pikinmapu, la región de
Valdivia hasta el Seno de Reloncaví y el archipiélago de
Chiloé, conocido también como Wijimapu.
En
el caso del pikunmapu, los pueblos de indios del Norte Chico y Zona central de
Chile creados bajo el imperio del dominio español entre las
postrimerías del siglo XVI y fines del siglo XVIII. Este tipo de
propiedad indígena subsistío hasta inicios de la república
y la población mapuche que lo habitaba mantuvo el carácter de
indígena debido al régimen social de castas y al sistema de
protección de naturales que impero bajo el periodo español.
También la resistencia de las comunidades contribuyó a la
perviviencia de las tierras de estos pueblos de indios. El Estado chileno
decreto por las leyes de 10 de Junio de 1823 y de 28 de Junio de 1830, que las
tierras de los pueblos de indios debían ser mensuradas y regularizadas su
propiedad, disponiendo que las “tierras sobrantes”, no ocupadas
directamente o arrendadas, sean expropiadas y rematadas a nombre del Fisco,
constituyendo la aplicación de estas normas un acto de
expropiación a los indígenas. La aplicación de las
mensuras, dio como resultado la reducción del patrimonio territorial de
una centena de pueblos de indios y las dejó desprotegidas, al declarar la
igualdad de derechos ciudadanos y favorecer la venta y libre enajenación
de estas.
La
acción del Estado chileno sobre los territorios mapuche automonos se
caracterizó por los constantes intentos de ocupación a partir de
la 1830, pero es la acción de los particulares la que inicia la
infiltración del territorio mapuche, hasta el río Malleco en el
valle central, Fütalmapu wenteche y naüqche y el río Lebu en el
Fütalmapu bafkehche, sin que ellos implique que dichos territorios formen
parte efectiva del territorio chileno.
El
Estado chileno en los territorios mapuches sometidos busco constituir la
propiedad indígena con el fin de deslindar la propiedad fiscal y
particular. Aplicó las leyes de 10 de Junio de 1823 y de 28 de Junio de
1830 para mensurar de las tierras de los llamados “pueblos de
indios”, que significaron la reducción y constitución de la
propiedad mapuche en la zona central, y en el archipiélago de
Chiloé. De estas mensuras solo se tiene conocimiento de los resultados
obtenidos en Chiloé donde se mensuraron 27.545,6 cuadras, de las que se
reconocieron 21.655,3 cuadras a los mapuche-wijiche y 5.890,3 cuadras se
remataron por cuenta del Fisco. Además, el Estado, en Osorno efectuo una
de las pocas acciones de reconocimiento sin restricciones a la territorialidad
mapuche, entregando por la acción del Gobernador Político de
Osorno en compañia del Comisario de Naciones, numerosos títulos de
propiedad que reconocieron sin cuestionamiento las tierras jurisdiccionales de
los Logkos, guilmenes y familias mapuche wijiche. Estos títulos conocidos
como “Títulos de Comisarios” abarcaron una superficie
aproximada de medio millón de hectáreas, incluyéndose los
territorios de la Costa de Osron, Río Bueno-Pilmaiquen y Lago Ranco entre
los años 1824 y 1832, además estas superficies incorporan los
reconcimientos de títulos de comisarios otorgados en Valdivia entre 1834
y 1850. Con posterioridad a estas acciones de radicación, el Estado en
las provincias de Valdivia y Osorno, no reconocio nuevas propiedades mapuches
hasta iniciado el siglo XX, cuando la Comisión Radicadora de
Indígenas extendio sus trabajos al sur del Tolten, primero a la provincia
de Valdivia en el año 1900 y luego, en el año 1906, a la provincia
de Llanquihue que incluía Osorno, y entrego los títulos de merced,
los que a diferencia de los Títulos de Comisarios, sólo
reconocieron pequeñas porciones de tierras ya que su función era
la de reducir las tierras mapuche a la mínima
expresión.
La
acción del Estado chileno, durante la segunda mitad del siglo XIX en los
Fütalmapus de la Araucanía, se orientó a ocupar militarmente
el territorio mapuche autónomo, complementando de esta manera la
acción de los chilenos que habían emprendido la
infiltración de la frontera mapuche al sur del río Bio Bio.
La
ocupación militar sobre los Fütalmapus de la Araucanía fue
una desición tomada por el Estado chileno, y el Congreso Nacional
dictó leyes especiales para el reparto de las tierras a ser ocupadas
entre el río Malleco y el río Tolten, aprobo el financiamiento de
las operaciones, el uso de medios y fuerzas militares, la fundación de
ciudades y pueblos, y la confiscación del territorio mapuche, obteniendo
el Estado chileno cuantiosos ingresos con la subasta de más de un
millón de hectáreas que formaban parte del patrimonio mapuche.
La
ocupación militar chilena, tuvo como efecto, el desplazamiento de
población mapuche desde los territorios bajo operaciones militares. Zonas
de despeje de población mapuche se ubican principalmente en el territorio
wenteche o arribano, entre los ríos Malleco y Cautín,
Fütalmapu en el que los Ayjarewes quedaron reducidos a muy pocas
comunidades.
A
su vez en los territorios bajo infiltración, entre el río Bio Bio
y el río Malleco y entre el río Bio Bio y el río Lebu
primero y después hasta el río Tirua, el Estado favoreció
la constitución de la propiedad particular y, en la práctica, dejo
en el desamparo a los mapuche, favoreciendo igualmente el despoblamiento
indígena de estos territorios. En la sección territorial
comprendida entre el río Tolten y Mariquina-Panguipulli, que formaba
parte de la provincia de Valdivia, el Estado dejo en manos de los usurpadores de
tierras, la constitución de la propiedad particular, empresa en los que
los chilenos y colonos alemanes ocuparon diversas formas de violencia
anti-indígena para apropiarse de las tierras, provocando el
despoblamiento de importantes áreas territoriales y la migración
obligada de familias mapuche a zona alejadas de la cordillera para colocarse a
salvo de la acción de los usurpadores, concentrándose los
desplazados en la zona de Villarrica, Pucón, Curarrehue y
Panguipulli.
La
constitución de la propiedad particular en las zonas de
infiltración del territorio mapuche autónomo y en los territorios
sometidos al sur de Mariquina, Valdivia y Osorno, se caracterizo por el
engaño, la violencia y la usurpación. Los testimonios de
autoridades del Estado chileno, -Intendentes, Gobernadores, Protectores de
Indígenas, Misioneros y los propios considerandos de algunas leyes
aplicadas a indígenas- constituyen confesión de parte, que
permiten caracterizar la constitución de esta propiedad particular como
ilegitima y fraudulenta, pero que después de un tiempo, el propio Estado
a través de dictamines judiciales, de la Ley de Propiedad Austral y de
otras disposiciones ayudo a sanear, consolidando los actos de usurpación
de las tierras mapuche.
.
El reparto
territorial del ex territorio mapuche autónomo contempló la
entrega de grandes concesiones a empresas de colonización, el remate de
gran parte de las tierras que dio origen a la propiedad latifundiaria de la
araucanía, la entrega gratuita de parte de las tierras mapuche confiscada
a colonos chilenos y extranjeros, repatriados del neuquen y militares que
sirvieron en la Guerra del Pacífico. Finalmente a los mapuche se les
radicó en pequeñas porciones de tierras y se les redujo a una
decima parte del territorio original, mediante la entrega de títulos de
merced con una muy baja disponibilidad de tierras por persona, que con el pasar
de los años se transformaron en propiedad mapuche minifundiaria.
La
radicación de los mapuche con títulos de merced fue un acto que
estado dispuso con el fin de reducirlo a porciones de pequeñas
extensiones de tierras, en total en todo el territorio comprendido entre el
río Bio Bio hasta el seno de Reloncaví, la superficie total fue de
medio millón de hectáreas, que repsenta un bajo porcentage del
territorio total.
Concluída
la radicación en el año 1929, alrededor de una 30 mil mapuche
quedaron sin tierras, razón por la cual, el Estado siguió
radicando en tierras fiscales disponibles entregando títulos gratuitos
hasta el año 1972, la mayoría de estos del tipo individual y que
alcanzaron a una superficie de 46 mil hectáreas.
El
Estado chileno con posterioridad a 1930, favoreció la división de
los títulos de merced y la usurpación de tierras dentro de estos,
al autorizar la venta de cientos de hijuelas y derogar 59 radicaciones con
títulos de merced. Fueron los Juzgados de Indios los que ayudaron
eficazmente a la perdida de las tierras indígenas, y se transformaron en
organismos inoperantes para defender los intereses mapuches, constituyendose en
herramienta que utilizaron los particulares para sanear las usurpaciones de
tierras en los títulos de merced. A principios de la década de
1970, los abogados del Instituto de Desarrollo Indígena calculaban en
cien mil a 150 mil hectáreas las tierras faltantes en los títulos
de merced, las que se encontraban usurpadas por particulares bajo la modalidad
de ocupaciones de facto que se hacían los dueños de fundos
colindantes, por la enajenación forzada de hijuelas a nombre de
particulares y la usurpación directa de parte o la totalidad del
título de merced.
La
reforma agraria, si bien fue una ley pensada para favorecer a los inquilinos de
los fundos expropiados, constitituyo en el territorio mapcuhe una herramienta
que ayudo a restituir tierras usurpoadas a las comunidades mapuche y a la vez
ampliar las que hasta esos años tenían como disponibles, siendo
estas aproximadamente unas 250 mil hectáreas recuperadas entre el
río Bio Bio y el sur de Chiloé. Sin embargo, el Golpe de Estado
de 1973, vino a reducir las tierras que serían transferidas a los
mapuches por la vía de la aplicación de la reforma agraría,
ya que solo una porción de estas fueron parceladas para favorecer a los
mapuche y el resto fue devuelta a sus antiguos dueños.
Tampoco,
los mapuche pudieron gozar de la versión original de la Ley 17.729 de
1972, que establecía mecanismos expeditos para restituir tierras
usurpadas a las comunidades mapcuhe con títulos de merced. El golpe de
estado la hizo inoperante para restituir las tierras faltantes a los
títulos de merced, ya que fue modificada en el año 1979 por el
régimen militar, reduciéndola a casi exclusiva función de
división de las comunidades mapuche, para lo que se le cambio el
quórum de la mayoría absoluta de la comunidad por la
petición de un solo miembro.
La división de las comunidades bajo el régimen militar fue un acto
compulsivo, se dividio la mayoría de las comunidades sin que hubiese
existido petición de miembro de la comunidad. Las campañas del
INDAP-Dasin fueron exitosas bajo un clima de dictadura, donde la comunidades
debían obedecer a los mensuradores como representantes de la
“autoridad” -el Estado- que había impuesto un clima de terror
en los campos, avalado en la represión y persecución de dirigentes
y organizaciones, la restricciones de las libertades publicas, y en el control
militar y de carabineros de los territorios. Es por ello que muchos de las
divisiones de las comunidades mapuche no contaron ni siquiera con los
establecido por la ley, fueron divisiones ilegales y sirvieron para consolidar
las usurpaciones de particulares sobre los titulos de merced, pues las
diferencias entre las superficies originales y las remensuradas desfavorecieron
a los mapuches en las regiones VIII, IX y X, ya que a los a las tierras
originales de los títulos de merced le faltaban más de treinta mil
hectáreas.
La
división de las comunidades también significó que miles de
mapuche quedaran sin derecho a las tierras, al mensurarse hijuelas solo a
quienes se encontraban presentes al momento de efectuarse la división y
al resto solo se acordo el pago de sus derechos a las tierras tasados de acuerdo
al avaluo fiscal de las tierras y para la proporción de tierras que les
podría haber correpondido, lo que represento una compensaciones monetria
ridícula, la que solo fue pagada cuando el interesado la reclamó.
En
la actualidad los mapuche buscan la recuperación de todas las tierras
usurpadas en los títulos de merced, la de los titulos de comisarios, las
recuperadas durante la reforma agraria y también las tierras ancestrales
fuera de los títulos de merced y que les permiten exigir la
recuperación de fundos completos para reconstruir su antigua
teritorialidad y resolver los problemas de pequeñas porciones de tierras
disponibles que no permiten el “küme Mogen” o el vivir bien.
También
como parte de las demandas territoriales, los mapuches reivindican el derecho a
decidir que se hace en el territorio que les pertenence y oponerse a los
proyectos que afectan su patrimonio, como ha ocurrido con los proyectos
impulsados por el Estado para favoracer a los particulares, referidos a la
construcción de la Central Hidroeléctrica Ralco, el By Pass de
Temuco, y la Carretera Costera que atraviesa la VII, X y X regiones por tierras
mapuche.
En
el Pwelmapu, actual Republica Argentina, que corresponde al territorio
comprendido originariamente entre el río IV y Diamante por el Norte, el
río Salado por el Este, el río Colluncura por el Sur conocido como
río Negro y Neuquen y la Cordillera de los Andes por el Oeste, se
constituyó un espacio fronterizo de dominación Mapuche, donde la
cordillera de Los Andes actuaba de eje articulador entre el Gulumapu y el
pwelmapu. En este espacio territorial se consolidaron los ayllrewes Pewenches
(serranos), Rankülches, Voroganos y Wijiche (manzaneros) que vivían
en permanente contacto con los ayllarrewes localizado en la vertiente occidental
de la Cordillera de los Andes que hoy corresponde a la República de
Chile. A través de los pasos cordilleranos los Ayjarewe mapuches de uno y
otro lado de la cordillera desarrollaban un promisorio comercio de ganado,
tejidos y sal y entablaban alianzas bélicas estrategiacas destinadas a
defender la integridad del territorio mapuches.
A
partir de 1885, se produce el sometimiento definitivo del Pwelmapu a la
República Argentina producto de la matanza realizada por las huestes
militares de dicha República que concluye con la rendición del
Cacique (wijiche – serrano) Sayhueque, quién es desplazado al sur
del río negro, hacia lo que actualmente es la provincia de Chubut.
El
sometimiento mapuche por las incipientes Repúblicas de Chile y Argentina,
en 1883 y 1885 respectivamente y, posteriormente, la consolidación de
fronteras a través de los tratados de límites entre ambas
Repúblicas, segregaron artificialmente el territorio mapuche y rompieron
las redes de intercambio y el flujo comercial entre los Fütalmapus mapuche
allende y aquiende Los Andes.