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6. Condiciones actuales


La falta de empleos en la comuna es actualmente un hecho notorio, sin embargo, la principal fuente laboral son los servicios públicos -municipalidad, escuela, carabineros, posta, etc.-. El aislamiento geográfico redunda en problemas de abastecimiento y comunicaciones; existe particular carencia de frutas y verduras, mientras la carne es menos escasa ya que eventualmente puede obtenerse de los ganaderos de la zona.

No obstante, Ollagüe sigue siendo el poblado más importante de la zona y constituye un polo de atracción para los pastores de la comuna que migran temporal o definitivamente. Allí está ubicada la Escuela San Antonio de Padua, con enseñanza básica completa y un internado -ambos gratuitos- donde en 1996 asistían 43 alumnos -7 de ellos internos-. Existe también un centro de acogida para niños menores de 6 años, dependiente de la Fundación INTEGRA, donde son cuidados y reciben alimento diariamente. La posta, atendida por un auxiliar paramédico se encuentra debidamente equipada, pero la mayoría de la población atiende sus problemas de salud con la ronda médica, y recurre al tratamiento mediante la medicina tradicional. Por otra parte, la existencia de servicios básicos más los medios de comunicación -televisión y radio-, también constituyen un foco de atracción.

Sin embargo, las dificultades para determinar el número actual de población autoreconocida como quechua, se relacionan fundamentalmente con la ausencia de esta categoría de adscripción étnica en los censos de población anteriores al año 2002. Esto ha provocado que la acción estatal en pro de los indígenas no sea eficientemente canalizada, sobre todo hacia los integrantes de esta comunidad que habitan en centros urbanos. En este sentido, la relación entre ellos y el Estado chileno se vincula a la imagen de un área marginal, tanto en términos poblacionales como económicos.

Los quechua hablantes de Ollagüe se ven amenazados actualmente por las presiones de una sociedad que avanza vertiginosamente, asimilando e imponiendo modos de vida que son ajenos a las realidades de las comunidades. Aunque existe una legislación vigente, esta no tiene incidencia categórica frente a los problemas más graves que aún afectan a las comunidades. Es evidente la gran responsabilidad que implica legislar en temáticas tan sensibles, y a la vez que tienen intereses tan claros como: el agua, territorio, patrimonio, educación y cultura, manejo de recursos naturales, desarrollo económico productivo, entre otras, las que deben ser vistas y evaluadas a la luz de los patrones culturales existentes para efectivamente saldar, en parte, la deuda histórica. Sin duda este desafío constituye un acontecimiento histórico para la nación, el que a su vez determinará los caminos a seguir en una sociedad dinámica que apuesta a reivindicar a los indígenas como un sector de la población que históricamente fue marginado junto con sus propias expresiones.